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La desaparición y posterior hallazgo de los cuerpos sin vida de Sandra Domínguez y su esposo Alexander Hernández apunta a una red de violencia vinculada a la pugna por el liderazgo de la célula criminal Los Viveros, en Veracruz, según autoridades de Oaxaca.
De acuerdo con declaraciones del fiscal de Oaxaca, Bernardo Rodríguez, Hernández formaba parte activa de dicha organización y aspiraba a encabezarla tras la muerte de su anterior líder, Said "El Cuate" Viveros.
"Tenemos plenamente identificado a Alexander como una persona con nexos delictivos. Participaba en actividades como la extorsión, el tráfico de armas y de personas", declaró Rodríguez a Publimetro, confirmando que el crimen obedeció a una disputa interna. "No hay duda, fue un ajuste de cuentas", añadió el fiscal.
Sin embargo, tiempo atrás Sandra había denunciado la existencia de dos grupos de WhatsApp denominado "Sierra XXX" y "Mega Peda", en el que funcionarios del gobierno de Oaxaca compartían fotografías íntimas de mujeres, principalmente indígenas mixes.
Al respecto, la activista Yésica Sánchez Maya expresó: "Estamos cerrando este ciclo. Ya tendremos tiempo para responder a la revictimización del Estado. Hoy queremos que Sandra se vaya rodeada de flores".
Entre las personas señaladas estaba Donato Vargas, exfuncionario del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y coordinador de delegados de Paz Social en el gobierno de Oaxaca.
Para las autoridades de Oaxaca otra es la historia. El asesinato de "El Cuate" Viveros a manos de policías estatales en junio de 2023 marcó el inicio de un conflicto por el control de la organización.
Entre los que buscaron ocupar su lugar se encontraba Artemio García Torres, señalado como uno de los responsables directos de la desaparición de la pareja, según el Fiscal.
Cuando las autoridades intentaron detener a García Torres en enero de este año, el operativo terminó en un enfrentamiento armado. Un agente de la Comisión Nacional Antisecuestros perdió la vida en el tiroteo, al igual que el propio García Torres.
Fue a partir de esa operación que se identificaron los predios bajo control del presunto criminal. En uno de ellos, un rancho ubicado en la comunidad de La Ceiba, Veracruz, se hallaron los cuerpos de Sandra y Alexander en una fosa clandestina.
Las autoridades han confirmado que ambos presentaban heridas de arma de fuego en la cabeza, con orificios de entrada y salida visibles. Aunque aún no se ha determinado el calibre del arma utilizada, el patrón de ejecución refuerza la hipótesis de un ajuste de cuentas dentro del mismo grupo criminal.