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El caso arrastra a una cadena de exfuncionarios ligados al poder que usaron su posición para ocultar un crimen brutal
10 años después de la desaparición de Carlos David Bautista López, un joven de apenas 21 años, las autoridades lograron capturar a otro de los presuntos implicados: José Guadalupe S. V., ex elemento de la Policía Estatal, señalado por participar en el secuestro y asesinato del joven en 2015.
La detención fue realizada por agentes de la Policía Ministerial de la delegación Veracruz Puerto.
José Guadalupe, quien entonces formaba parte de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), habría actuado bajo órdenes del entonces director general de Prevención y Reinserción Social, Óscar Tirado Sánchez.
El caso, uno de los más oscuros en la historia reciente de Veracruz, revela la colusión entre autoridades y cuerpos policiacos para desaparecer personas con total impunidad.
Todo comenzó el 15 de septiembre de 2015, en la colonia Unidad del Valle de Xalapa. A primera hora de la mañana, Carlos David fue interceptado por un grupo de hombres armados cuando salía del domicilio de su expareja, Olga Hebe Jiménez Noya.
Sin saberlo, esa sería la última vez que se le vería con vida.
Según la investigación, encabezada por la Fiscalía General del Estado (FGE), el operativo fue liderado por el propio Tirado Sánchez, acompañado de al menos seis escoltas. Entre ellos estaban José Guadalupe y otro elemento identificado como Rafael "N". La víctima fue obligada a subir a un vehículo oficial, un Nissan blanco del gobierno estatal.
El grupo trasladó al joven hasta una propiedad del exfuncionario ubicada en el municipio de Actopan, a unos 90 kilómetros de la capital. En ese lugar, según testigos, ingresó la comitiva armada. Poco después, el silencio. Nunca más se supo de Carlos David, al menos no con vida.
El hallazgo que cambiaría el curso de la investigación ocurrió casi dos años después, durante un cateo en una finca conocida como "El Mesié". Ahí, entre maleza y abandono, fue encontrada una pulsera de colores con el logotipo de Suzuki. Los padres del joven la identificaron al instante: era de su hijo.
En abril de 2016, un cuerpo sin identificar había sido enviado a la fosa común del panteón de Actopan. Pasaron meses antes de que los peritos, por presión de la familia, cotejaran los restos con la denuncia de desaparición interpuesta por María de Jesús López, madre del joven.
Fue ella quien, al reconocer una placa de metal quirúrgica en el brazo del cadáver, confirmó lo que más temía.
La historia tomó otro giro en 2017. Óscar Tirado Sánchez fue detenido en Sinaloa junto a su escolta y Olga Hebe Jiménez, la misma expareja de Carlos David. Durante el proceso, Jiménez Noya confesó haber sido la autora intelectual del crimen. Sin embargo, no duró mucho tiempo tras las rejas.
En 2018, fue liberada gracias a un juicio abreviado. A cambio, ofreció testimonio contra Tirado Sánchez. El acuerdo fue negociado por la entonces Fiscalía Especializada en Desapariciones, dirigida por Luis Eduardo Coronel Gamboa, quien actualmente también enfrenta señalamientos por desaparición forzada.
El exdirector de penales, por su parte, murió en prisión en 2022, días antes de recibir sentencia.
Con la reciente captura de José Guadalupe S. V., el proceso penal 214/2017 vuelve a moverse. El ex policía será recluido en el penal de Pancho Viejo, donde enfrentará cargos por desaparición forzada de personas, uno de los delitos más graves en el Código Penal.
Pero para María de Jesús, madre de Carlos David, no hay descanso: "Mi hijo fue víctima de una venganza personal... y del abuso brutal del poder".