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Durante el mes de mayo, en Veracruz, la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS) desactivó veinte líneas telefónicas utilizadas para extorsionar a ciudadanos del estado.
La acción, encabezada por el Departamento de Negociación de la UECS, forma parte de los esfuerzos institucionales por frenar uno de los delitos que más afecta psicológica y económicamente a la población: la extorsión telefónica.
Las autoridades lograron también identificar y neutralizar nueve modalidades de engaño telefónico, muchas veces sustentadas en el uso de datos reales de las víctimas.
Los resultados reflejan la continuidad de un fenómeno delictivo persistente, que se adapta y muta, pero que sigue teniendo como blanco preferente a personas vulnerables o desprevenidas.
La extorsión telefónica consiste en llamadas que simulan provenir de fuentes legítimas o familiares, pero en realidad son intentos de obtener dinero a través de amenazas, manipulación emocional o información parcialmente cierta que los delincuentes logran conseguir.
El objetivo principal es inducir miedo o confusión en la víctima. Algunas de las estrategias más comunes incluyen fingir el secuestro de un familiar, simular ser autoridad oficial, o prometer premios falsos. En todos los casos, los extorsionadores operan desde el anonimato o bien utilizan tecnologías para ocultar su identidad y ubicación.
Las autoridades recomiendan colgar de inmediato al detectar señales de manipulación o violencia verbal, identificar el número y denunciarlo al 089 (línea anónima), al 911, o directamente al número de la UECS: 228 135 2000.
El Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos (OCC) ha documentado un número creciente de intentos de extorsión en esa ciudad del sur del estado. En algunos casos, las víctimas han llegado a transferir sumas que alcanzan los 40 mil pesos a delincuentes que operan desde la distancia y con total impunidad.
El OCC alerta que la recurrencia de este delito ha provocado un impacto severo en la economía local. Comerciantes, empresarios y emprendedores han optado por cerrar sus negocios, o en casos más graves, han abandonado la región ante la amenaza constante de ser blanco de estas redes delictivas.
La mejor herramienta frente a una llamada de este tipo es la prevención. Expertos en seguridad recomiendan mantener la calma, no proporcionar datos personales o financieros y colgar lo antes posible. Posteriormente, es fundamental reportar el hecho.
Denunciar no solo permite rastrear a los responsables, sino que también contribuye a la elaboración de mapas delictivos, patrones y estrategias que permiten a las autoridades actuar de forma más eficaz.
Además, se insiste en que tanto empresas como ciudadanos desarrollen protocolos básicos de seguridad telefónica, incluyendo la concientización entre empleados y familiares sobre cómo actuar ante una llamada sospechosa.
La extorsión telefónica ha evolucionado. Ya no se limita a llamadas amenazantes desde un número desconocido. En muchos casos se utilizan aplicaciones, redes sociales y mensajes por WhatsApp para generar pánico o confusión.
Esta sofisticación obliga a una actualización constante en las estrategias de combate. La UECS, por medio de sus unidades de análisis y reacción, trabaja en el rastreo de números y la detección de patrones, en coordinación con operadores telefónicos y autoridades federales.
La colaboración ciudadana se vuelve un eje esencial en la lucha contra este delito. La denuncia y la prevención no solo protegen a una persona, sino que pueden evitar que otros caigan en la misma trampa.
(CON INFORMACIÓN DE SOFÍA MORENO)