Carterista vuelve a actuar a plena luz del día en parada de autobús de Xalapa

A plena luz del día, frente a decenas de testigos, un hombre fue captado en video mientras robaba la cartera de una mujer en la parada de autobuses ubicada junto al mercado Los Sauces, en la zona centro de la capital veracruzana. El hecho, lejos de ser aislado, forma parte de una serie de robos similares que, hasta ahora, siguen impunes.

El mismo rostro, el mismo patrón

El sujeto, de complexión delgada y aspecto discreto, ha sido reconocido por usuarios de redes sociales como el mismo que ha cometido robos en otras zonas concurridas de la ciudad, entre ellas las paradas de Plaza Cristal, Clavijero, Atenas Veracruzana, Campo de Tiro y Trancas.

• En todos los casos, su modus operandi es casi idéntico: se mezcla entre los pasajeros que esperan el autobús, observa a su víctima y, en cuestión de segundos, extrae carteras o bolsos sin ser advertido.

En esta última ocasión, una mujer logró grabarlo mientras huía tras cometer el robo. En el video, que rápidamente se viralizó, puede escucharse cómo la víctima lo increpa y otra persona le grita "¡ratero!", mientras él se aleja corriendo. La grabación ha generado una ola de indignación, pero también ha puesto en evidencia un fenómeno preocupante: la ausencia total de denuncias formales ante las autoridades.

El silencio que lo protege

Pese a que su rostro ya circula ampliamente en internet y ha sido señalado por múltiples víctimas en publicaciones y comentarios, el hombre sigue libre. Las autoridades, según fuentes policiales, no han podido actuar debido a que las personas afectadas no han presentado denuncias oficiales.

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Este silencio, alimentado por el temor, la desconfianza en las instituciones o el simple desgaste, ha permitido que el individuo continúe operando sin mayor dificultad.

El caso revela una realidad incómoda: sin denuncia, no hay investigación. Y mientras la comunidad virtual señala, etiqueta y comparte, la impunidad persiste. El hombre, ya conocido por su actividad, se desplaza por la ciudad con una certeza inquietante: nadie lo está buscando oficialmente.