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Realizar una prueba de manejo es una de las etapas más importantes al momento de comprar un auto usado. En el caso de los Honda seminuevos, se trata de una oportunidad para confirmar que el vehículo no solo se ve bien por fuera, sino que realmente funciona como debe. Más allá de acelerar o frenar, una prueba completa te permite detectar detalles que podrían pasar desapercibidos y asegurarte de que estás haciendo una buena inversión.
Un Honda puede ser reconocido por su confiabilidad, pero cada vehículo tiene su propio historial de uso. Una prueba de manejo te ayuda a:
Verificar que el motor y la transmisión respondan correctamente.
Detectar ruidos, vibraciones o comportamientos anormales.
Evaluar la comodidad del asiento, visibilidad y ergonomía.
Confirmar que los frenos, dirección y suspensión estén en buen estado.
Revisar los sistemas eléctricos, de climatización y conectividad.
Esto es clave para evitar sorpresas una vez hecha la compra y también te da argumentos para negociar si detectás algún detalle menor.
Antes de arrancar el auto, hacé una revisión rápida desde el exterior y al sentarte al volante:
Comprobá que las puertas, cajuela y cofre abran y cierren correctamente.
Revisá que las luces delanteras, traseras e intermitentes funcionen.
Confirmá que no haya testigos encendidos en el tablero.
Fijate si hay rastros de fugas debajo del vehículo.
Ajustá espejos, asiento y cinturón de seguridad para asegurarte de que te sentís cómodo.
Estos puntos, aunque simples, pueden darte señales del estado general del vehículo.
Una vez encendido el motor y en marcha, prestá atención a los siguientes elementos:
El auto debería encender de inmediato, sin ruidos extraños ni vacilaciones.
El ralentí debe mantenerse estable, sin vibraciones excesivas.
Si el motor se apaga solo o hace ruidos metálicos, puede haber problemas mecánicos.
Probá acelerar de forma gradual y también un poco más intensa en una zona segura.
El motor debe responder de manera pareja, sin jaloneos ni retrasos.
En motores CVT (transmisión variable continua), verificá que la aceleración sea suave y constante.
En transmisiones automáticas tradicionales, sentí que los cambios entren con fluidez.
Un Honda bien cuidado responde con suavidad, incluso en modelos con varios años de uso.
La dirección debe ser precisa, sin ruidos ni movimientos bruscos.
Si el volante tiembla, puede haber problemas de alineación o balanceo.
Probá girar en curvas amplias y cerradas para ver la reacción.
Comprobá que el auto no se desvíe si soltás el volante por unos segundos en recta (esto indicaría desalineación).
Pasá por topes, baches leves o caminos irregulares para sentir cómo responde la suspensión.
No debe haber ruidos secos ni golpeteos.
El auto debe absorber los impactos sin rebotes excesivos.
Si sentís que el coche "flota" o se balancea mucho, podrían ser los amortiguadores.
Probá frenar de forma gradual y también con más fuerza (en una zona segura).
El auto debe detenerse sin vibraciones ni sonidos metálicos.
No debería desviarse hacia un lado al frenar.
Sentí el tacto del pedal: debe estar firme, sin hundirse demasiado.
Los frenos son un punto crítico en cualquier seminuevo. Si hay dudas, pedí que se revisen antes de concretar la compra.
En modelos automáticos:
Verificá que los cambios entren sin tirones ni ruidos.
Probá pasar de "Drive" a "Reverse" y viceversa, para evaluar la reacción.
En modelos estándar:
Sentí que el clutch esté firme y sin ruidos al pisarlo.
Los cambios deben entrar sin dificultad ni ruidos de fricción.
Un cambio suave y sin rechinidos indica que la transmisión ha sido bien mantenida.
Durante la prueba, encendé y apagá varios componentes:
Aire acondicionado: debe enfriar en menos de un minuto.
Calefacción (si aplica): activala para ver si responde.
Radio, pantalla táctil, Bluetooth y sensores de reversa: verificá su funcionamiento.
Subí y bajá los vidrios eléctricos, encendé luces y limpiaparabrisas.
Todo debe funcionar correctamente, incluso en modelos con más de cinco años de uso.
Una vez finalizada la prueba de manejo, aprovechá para inspeccionar algunos detalles más:
Revisá si el motor huele a quemado o hay señales de fuga tras el manejo.
Preguntá sobre el historial de servicios y pedí comprobar el kilometraje declarado.
Si notaste algo durante la conducción, anotalo para discutirlo antes de cerrar el trato.
Si el auto cumple con tus expectativas, pasá a la parte de documentación y trámites. Si no, no tengas miedo de seguir buscando. Una prueba de manejo es para tomar decisiones con certeza, no por presión.