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Después de más de tres semanas de protestas en la Plaza de la Constitución, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) comenzó este sábado el retiro de su campamento, instalado desde el pasado 15 de mayo.
Las maestras y maestros que integran el movimiento anunciaron que reanudarán las clases el lunes 9 de junio, sin dejar de insistir en la exigencia de abrogar la Ley del ISSSTE de 2007.
La decisión fue tomada la noche del viernes durante su Asamblea Nacional Representativa, en la que los delegados acordaron una pausa en las movilizaciones sin dar por terminado su movimiento. En un comunicado, expresaron que esta es solo una tregua estratégica, y no un cierre de su lucha por los derechos del magisterio.
Aunque las principales demandas —la derogación de la Ley del ISSSTE de 2007 y la eliminación de la reforma educativa— no fueron atendidas por el gobierno federal, la CNTE considera que su presencia en el Zócalo ha mantenido vigente el debate público en torno a las condiciones laborales de los docentes.
"Se recesa la jornada de lucha nacional, pero el movimiento democrático de la CNTE está más vigente que nunca", afirmaron en su declaración oficial. La organización anunció que este lunes regresarán a las aulas, aunque continuarán presionando a las autoridades mediante otras formas de movilización.
Para marcar el cierre simbólico de su protesta en la capital, los docentes instalaron un templete frente al balcón principal de Palacio Nacional, donde está previsto que a las 09:00 horas del lunes integrantes de la Comisión Nacional Única Negociadora ofrezcan un "mensaje a la nación".
La acción tiene como objetivo reafirmar que su causa sigue activa, pese al receso anunciado.
En estos 23 días, el magisterio disidente realizó marchas, bloqueos y concentraciones en distintos puntos de la ciudad, sorteando temperaturas extremas y lluvias, y manteniendo su exigencia central: revertir la legislación que, según señalan, ha afectado sus derechos laborales y condiciones de jubilación desde su implementación en 2007.
Antes de dejar el Zócalo, las y los maestros lanzaron una advertencia directa a la presidenta Claudia Sheinbaum: estarán presentes en cada acto público que encabece mientras sus demandas no sean atendidas.