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En pleno siglo XXI, cuando el inglés domina los espacios de la ciencia, la política y la cultura global y otras lenguas como el chino mandarín y el español tienen el privilegio de ser las más habladas, hay un país que mantiene viva una lengua milenaria: el latín.
El latín nació en la región del Lacio, cuna de Roma, y se expandió con el Imperio por buena parte de Europa, el norte de África y Asia Menor.
Durante siglos fue la lengua de referencia en ámbitos como la ciencia, la teología, el derecho y la diplomacia. Incluso después de la caída del Imperio Romano de Occidente en el 476 d. C., su uso perduró.
Durante toda la Edad Media y buena parte de la Edad Moderna, el latín se mantuvo como lengua de las universidades y de los textos eclesiásticos. Su importancia fue tal que, durante siglos, era más fácil entenderse en latín entre intelectuales europeos que en sus lenguas maternas.
En la actualidad se considera una lengua muerta, pues ya no se habla en la cotidianeidad; no obstante, el latín sigue presente: el vocabulario de muchas lenguas actuales conserva vestigios y su estudio sigue siendo clave para comprender la evolución del idioma, así como para aprender otras lenguas romances.
Pero he aquí lo sorprendente: existe, de hecho, un país en el que el latín sigue siendo considerado un idioma de uso oficial, nada menos que en uno de los estados más pequeños del planeta: la Ciudad del Vaticano.
Este enclave religioso, situado en el corazón de Roma, es el único país en el mundo donde el latín conserva el estatus mencionado. Aunque en la vida diaria predomina el italiano, los documentos más solemnes del Vaticano —como encíclicas, bulas papales y constituciones apostólicas— se redactan en latín, idioma en el que también se celebran algunas misas presididas por el papa.
El Vaticano recientemente tuvo protagonismo global con la muerte del papa Francisco y la elección de León XIV como nuevo pontífice, lo cual puso también al latín de nueva cuenta bajo los reflectores, pues es pieza viva de la tradición y continuidad de la Iglesia católica.