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La noticia del fallecimiento del primer papa latinoamericano, Francisco, resonó en cada rincón del mundo. El Vaticano ha informado oficialmente que el cónclave para elegir a su sucesor iniciará el próximo 7 de mayo, luego de una histórica despedida .
Los 135 cardenales menores de 80 años —el 80% de ellos nombrados por el papa Francisco— serán los únicos con derecho a voto en este proceso. Antes del encierro, participarán en una misa solemne en la Basílica de San Pedro, prevista para el miércoles anterior al cónclave.
Los cardenales residirán en la Casa Santa Marta y tendrán prohibido todo contacto exterior, incluyendo teléfonos, internet y medios de comunicación. Esta medida busca preservar la integridad y el secreto de la deliberación, siguiendo una tradición que se remonta a la Edad Media.
De los 252 cardenales convocados, 224 estuvieron presentes en el funeral de Francisco. El equilibrio geográfico de los votantes muestra una representación diversa: 53 europeos, 27 asiáticos y de Oceanía, 21 latinoamericanos, 18 africanos y 16 norteamericanos. Italia lidera con 19 electores, seguida por Estados Unidos con 10 y Brasil con 7.
El cónclave se desarrollará en la Capilla Sixtina, donde cuatro votaciones diarias intentarán alcanzar el consenso necesario: dos tercios de los votos. Tras cada ronda, las papeletas son quemadas para producir la tradicional señal de humo: negro si no hay elección, blanco si un nuevo Papa ha sido designado.
Las deliberaciones se mantienen bajo estricto secreto so pena de excomunión instantánea.
Los teléfonos inteligentes y cualquier acceso a internet están prohibidos. No se puede leer periódicos, escuchar la radio o ver la televisión.
Cualquier contacto con el mundo exterior está prohibido, y se permite excepcionalmente por razones graves y urgentes, que deben ser confirmadas por un panel de cuatro pares.
Solo los cardenales electores pueden estar presentes durante la votación, aunque otras personas, como médicos, auxiliares administrativos y personal de limpieza pueden entrar en diferentes momentos.
Si después de tres días no se logra la elección, se pausa el proceso para un día completo de oración y reflexión. Aunque cualquier hombre católico puede ser electo, históricamente el Papa casi siempre es elegido de entre los cardenales. Aun los enfermos podrán votar desde su lecho si fuera necesario.