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Con la Operación Enjambre, el gobierno federal empieza a caminar por la ruta correcta y ahora reconociendo el grave problema tanto de los desaparecidos como la existencia de campos de entrenamiento para sicarios, señaló el analista político Juan Hernández Mercado.
Reconoció que falta mucho por hacer para frenar los vínculos del crimen organizado con los gobiernos municipales, el control de los niveles de confianza de las policías municipales y estatales e investigar las posibles complicidades o tolerancia de los políticos a mayores niveles que los del municipio y, sobre todo, hacer consciencia de que la realidad actual no es nada normal.
"No son normales ni los feminicidios ni los niveles de violencia que vivimos y menos los niveles de adicciones en que andan la infancia y la juventud", expuso.
Destacó que hoy se aceptan como normales las extorsiones, los secuestros, los levantones, los desmembrados, los degollamientos, la incorporación de niños, jóvenes y hasta adultos mayores al crimen organizado, el robo y las agresiones a plena luz del día, que la niñez se drogue y el problema es ver como normal lo que no lo es y la otra parte es que la sociedad se niega a reconocer que es corresponsable del deterioro social que vivimos.
Apuntó que existen Estados con toda la fuerza que logran mantener bajo control a la delincuencia y México en algún momento lo consiguió.
"El punto esencial es cuando la delincuencia se infiltra o hace maridaje con la política y los políticos, sumado a una sociedad que pierde de vista la diferencia entre lo normal y lo anormal", remarcó.
El analista político consideró que cuando se tome conciencia de este problema y el gobierno detenga a políticos de mayor nivel involucrados con el crimen organizado entonces se estará avanzando por la ruta correcta.