La emboscaron tras una comida y la amenazan; así lo relata Alcadesa de Colipa

Gabriela Ortega Molina, presidenta municipal de Colipa, Veracruz, denunció públicamente haber sido víctima de un acto de intimidación y persecución con tintes políticos mientras realizaba una visita personal a una comunidad del municipio.

A través de un mensaje difundido en su cuenta oficial de Facebook, la alcaldesa expuso la gravedad de los hechos y aseguró que tomará medidas legales.

Según su testimonio, Ortega Molina fue perseguida, acorralada, y amenazada sin razón aparente, mientras regresaba de una comida a la que fue invitada por una familia local.

"Me cerraron el paso solo para armar un teatro absurdo por política", expresó con firmeza, la edil subrayó que este acto no solo atenta contra su libertad como ciudadana, sino que representa un mensaje peligroso para cualquier mujer que quiera transitar libremente.

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"Somos un país libre, tengo derecho como ciudadana a salir a donde yo quiera", reclamó en su publicación, dejando en claro que este tipo de agresiones no deben normalizarse ni permitirse, vengan de donde vengan.

Su mensaje fue contundente: "Ninguna mujer tiene que sentirse insegura, ni transitar con miedo y nadie tiene el derecho de hacerle a alguien lo que me hicieron a mí el día de hoy."

La presidenta municipal también rompió el silencio sobre los ataques que ha sufrido en el pasado: ofensas, humillaciones y señalamientos que —según afirmó— ha preferido ignorar hasta ahora: "Siempre he callado, pero esta vez no será la ocasión", puntualizó, marcando un claro cambio de postura ante las agresiones reiteradas.

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En un contexto político cada vez más tenso en la región, este hecho ha encendido las alarmas sobre la seguridad y el respeto que deben garantizarse a las autoridades municipales, independientemente de colores partidistas, la ciudadanía ha comenzado a manifestarse en redes sociales, exigiendo una investigación clara y sanciones a los responsables de este acto de intimidación.

Finalmente, Ortega Molina envió un mensaje de paz, pero también de firmeza: "Dios me los bendiga siempre", concluyó, reafirmando que no permitirá más agresiones y que actuará conforme a la ley.

Este episodio deja en evidencia la urgente necesidad de frenar la violencia política, especialmente aquella dirigida contra las mujeres en funciones públicas, en tiempos donde se exige democracia y respeto, no hay espacio para el acoso ni el miedo.