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La muerte del canguro Skippy, ocurrida este viernes en las instalaciones de la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) Citlaltépetl de Orizaba, ha generado conmoción al saberse que el marsupial fue envenenado.
A través de un comunicado oficial, el ayuntamiento de Orizaba confirmó que el ejemplar no murió por causas naturales, sino por envenenamiento. El diagnóstico se obtuvo tras realizarle estudios post mortem al ejemplar, quien fue hallado sin vida dentro del recinto.
"Realizaremos las investigaciones hasta llegar a las últimas consecuencias para proceder legalmente y castigar a todo aquel que quiera lastimar a Orizaba", puntualizaron las autoridades a través de un comunicado.
Asimismo, advirtieron que habrá acciones legales contra quienes hayan tomado y difundido imágenes del animal sin autorización, ya que éstas habrían sido captadas dentro de una propiedad privada.
Desde entonces, el marsupial se convirtió en una de las especies más emblemáticas de la UMA y rápidamente ganó cariño entre los visitantes. Inicialmente fue alojado en una jaula junto a los hipopótamos, pero semanas antes de su muerte fue reubicado en un espacio contiguo a lobos, tras el traslado de la hipopótama "Gloria" y su cría a su recinto original.
Esta decisión, ampliamente cuestionada por ciudadanos, generó versiones no confirmadas sobre un posible ataque de lobo como causa del fallecimiento.
Las especulaciones circularon en redes sociales y generaron una oleada de críticas hacia la administración de la UMA. Sin embargo, las autoridades desmintieron esta versión al confirmar que el deceso se debió a intoxicación y no a una herida provocada por algún depredador.