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El embarazo de niñas y adolescentes ha cobrado gran relevancia en los últimos años debido a que México ocupa el primer lugar en esta problemática social, entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con 77 nacimientos por cada mil adolescentes de entre 15 y 19 años de edad.
El embarazo a una temprana edad afecta de manera negativa la salud, la permanencia en la escuela, los ingresos presentes y futuros, el acceso oportunidades recreativas, sociales y laborales y más. Este es el lugar que ocupa la entidad veracruzana en esta afección.
Cada día, aproximadamente 20 niñas, menores de 15 años, se convierten en madres en el país, y la entidad veracruzana continúa ocupando el tercer lugar en embarazo a infantil, por lo que es necesario visibilizarlo.
"No es normal que una niña menor de 15, incluso de 9 o 10 años continúen un embarazo", dijo la coordinadora general de la asociación Equifonía, Adriana Fuentes. Asimismo añadió que las familias que enfrentan estos casos viven en pobreza extrema, por lo que hay un riesgo a su salud.
Es decir, hay desconocimiento de la ley y falta de capacitación por parte de las autoridades de salud que no coadyuvan para permitir la interrupción de la gestación porque no hay un plan de restitución de derechos.
En 2024, la organización registró 615 casos de niñas madres, que son víctimas de violencia sexual, de 2021 a 2024 solo una de cada 73 víctimas ha podido acceder a una Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), "obligar a a una niña a continuar el embarazo es tortura".
El embarazo en adolescente provoca y aumenta el riesgo de:
Anemia