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Bertín Bravo Montero, "El Gato", es un comerciante, futbolista llanero y altruista, que busca gobernar Úrsulo Galván por Movimiento Ciudadano. Asegura que no viene de la política, sino del trabajo, el deporte y el servicio.
Luego de haber sido designado delegado especial hoy es el candidato oficial del partido naranja, de cara al arranque de campaña programado para el 29 de abril.
Originario de una familia campesina, Bravo Montero construyó su reputación como filántropo en cinco municipios de la región: Úrsulo Galván, La Antigua, Actopan, Paso de Ovejas y Puente Nacional.
"Desgraciadamente, o lamentablemente, como le podamos nombrar, de la muerte de mi mamá aprendo muchas cosas de la enfermedad y me pongo a ayudar a las personas", relata.
Desde entonces ha prestado tanques de oxígeno, ha conseguido medicamentos a pacientes de la región y se los ha llevado a domicilio. "Si me piden ayuda y no puedo darla en el momento yo me siento mal, veo la forma de hacerlo".
Su historia no empezó en las boletas. Antes que político, "El Gato" fue agricultor, comerciante y futbolista. "Bertín nunca ha tomado, nunca ha fumado, nunca se ha drogado", afirma. "Con la frente en alto me atrevo a ver a las personas porque no ocultamos nada, no escondemos nada".
Desde los 14 años jugó futbol en los equipos de los pueblos de la zona. "Me querían pagar porque competía a un nivel con los de Veracruz, con los de Córdoba", recuerda. Rechazó el dinero, dice, por pasión al deporte.
Fue precisamente por el fútbol que a los 16 años logró entrar a trabajar a la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde. "Estuve desde los 16 años a los 20 años (...). Yo estuviera de base ahí, pero me ganaba más la emoción de jugar fútbol que trabajar".
Con su padre, comerciante y agricultor, emprendió un negocio de venta de verduras. "Teníamos dos negocios en Cardel. Íbamos a traer a Huixcolotla y de ahí al Malibrán", relata.
Para estar en Puebla a las seis de la mañana, salían desde las dos. "Todo el que es comerciante no me dejará mentir. Puede estar lloviendo, puede haber un nortazo y así te tienes que bajar a comprar, porque el tiempo es oro".
A la par, también sembraban maíz, sandía y tomate, compraban huertas de mango y aguacate, y revendían al mayoreo. "Siempre estábamos activos, gente de trabajo", subraya.
La muerte de su madre durante la pandemia lo marcó. "La internamos cuatro días en el Seguro y después estaba hecha un vegetal", relata. En medio del dolor de su pérdida, usó el tanque de oxígeno que habían comprado para ayudar a otras personas de la región.
"Compro un manómetro y, lamentablemente, de ahí, de la muerte de mi mamá, aprendo muchas cosas de la enfermedad y me pongo a ayudar a las personas".
Desde entonces, dice, ha prestado su tanque, ha gestionado medicamentos y ha llevado suero con su esposa, quien es enfermera del IMSS en Cardel. "Yo dije: vamos a ayudar al que más podamos. Si está de Dios que nos toque partir, él es el que decide".
Ese impulso lo ha llevado, cuenta, a distintos puntos del estado: desde Mata Oscura hasta Totutla, pasando por Martínez de la Torre y Puente Nacional.
Bertín Bravo Montero dice que la política le llegó como una consecuencia natural. "Se me acerca el PAN, se me acerca Movimiento Ciudadano, luego Morena. Pero uno empieza a hacer la balanza", recuerda. Se decidió por MC, insiste, porque es un partido "que no promete ni engaña a la gente".
Reconoce que su candidatura ha sido cuestionada por no haber nacido en Úrsulo Galván. "Yo de seis años llegué a Paso del Bobo. Viví de los seis a los diez años ahí. Tengo una infancia bonita, de amigos, humilde, pero muy bonita", dice. "Tengo 25 años de vivir en Barra de Chachalacas".
Previo al arranque de las campañas agrega que su campaña será de cercanía, sin confrontación. "No soy de violencia. Yo ando a las 2, 3 de la mañana con mi familia y no le debemos a nadie", sostiene. "Vamos a trabajar de la mano con el pueblo, a puertas abiertas y una política limpia".
Sobre los retos de su municipio, es claro. "Úrsulo Galván tiene muchas carencias en todo", expresa. Menciona el abandono del deporte, la falta de apoyo a cañeros y pescadores, y la necesidad de sanear los ríos y rescatar las lagunas. "Úrsulo Galván es una zona privilegiada. Podemos hacer muchas cosas".
En términos de seguridad para la campaña agregó que no le preocupa. "El fútbol te abre muchas puertas, muchos amigos", dice. En 2012, recuerda, representó a su municipio en la Copa RTV. "Por ahí dejé una huella grandota".