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Aunque la Constitución Mexicana reconoce el derecho a un empleo digno, no entra en detalles sobre el tiempo que los trabajadores deben tener para descansar o comer. Sin embargo, la Ley Federal del Trabajo (LFT) sí lo hace, y establece con claridad que todo trabajador tiene derecho a una pausa durante su jornada continua.
El artículo 63 de la LFT señala que en una jornada continua de trabajo, el empleador debe otorgar un descanso de al menos 30 minutos.
Aunque la ley no especifica que este tiempo sea exclusivamente para comer, en la práctica se utiliza comúnmente para ese propósito. Este tiempo no puede omitirse ni intercambiarse por más horas trabajadas, ya que es considerado un derecho laboral básico.
Aquí entra en juego el artículo 64 de la LFT, que protege a los trabajadores que, por la naturaleza de su labor, no pueden abandonar su puesto durante el descanso.
En estos casos, la ley establece que ese tiempo debe ser contado como parte de la jornada laboral efectiva. Es decir, si el trabajador come mientras sigue cumpliendo funciones, ese lapso no debe descontarse de su tiempo trabajado, sino sumarse como hora laborada.
Si un empleador no respeta el derecho al descanso, existen dos vías para denunciar la situación:
La Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET), que brinda asesoría legal gratuita y puede acompañar al trabajador en su queja.
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), que recibe denuncias formales —anónimas o con nombre— y realiza inspecciones para garantizar el cumplimiento de la ley.
En resumen, todo trabajador en México tiene derecho a 30 minutos de descanso como mínimo durante una jornada continua. No es un privilegio, sino una obligación legal que busca proteger la salud y el bienestar de quienes sostienen con su esfuerzo la economía del país.