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La temporada de descanso en Veracruz concluyó dejando algo más que recuerdos: muchos ciudadanos ahora se enfrentan a los efectos de un gasto excesivo durante Semana Santa.
Especialistas en educación financiera advierten que es momento de retomar el control y reconstruir la estabilidad económica con disciplina.
¿Cómo empezar a sanar las finanzas tras el exceso? De acuerdo con Educación Financiera en Banamex, y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), lo primero es evaluar la situación real.
Se recomienda reunir todos los comprobantes de ingresos y gastos, anotarlos de forma ordenada y elaborar un tablero visual que funcione como recordatorio y motivación permanente.
Contar con una representación gráfica de los objetivos financieros ayuda a mantener el enfoque y no perder de vista las metas a mediano y largo plazo.
El segundo paso implica activar talentos o habilidades que puedan convertirse en ingresos extra. Desde ofrecer asesorías hasta emprender ventas temporales, toda fuente adicional de dinero será valiosa para aliviar las deudas adquiridas.
Para quienes cuentan con bienes que ya no utilizan, venderlos o empeñarlos puede ser una alternativa, aunque expertos aconsejan sopesar el valor emocional de los objetos antes de tomar una decisión.
Si durante las vacaciones se recurrió al uso de tarjetas de crédito, otra medida importante es acercarse al banco para buscar mejores esquemas de pago. Muchas instituciones ofrecen programas que permiten reorganizar la deuda y hacerla más manejable.
Además, los especialistas insisten en eliminar las compras impulsivas durante esta etapa de recuperación. El consumo inteligente, basado únicamente en necesidades esenciales, será clave para estabilizar el presupuesto.
Finalmente, integrar la planificación financiera como una práctica habitual ayudará a prevenir futuras crisis. Revisar periódicamente los avances y ajustar las estrategias permitirá mantener la salud económica a lo largo del año.
Salir de la resaca financiera es posible, pero exige constancia, realismo y decisiones firmes, especialmente en lugares como Veracruz, donde el impacto económico de la temporada alta se siente con fuerza en muchos hogares.