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Morena está sucumbiendo a los principios ciudadanos que le dieron origen, debido a tres factores cruciales: primero, al convertirse en partido político, quedó atado a intereses de clase, grupos y dinámicas del mercado global. Segundo, cedió a las demandas de personas desplazadas de otros partidos que encontraron en Morena un refugio para obtener cargos, ganar elecciones y alcanzar el poder en distintos niveles de gobierno. Y tercero, no rompió con las prácticas corruptas del pasado, como la venta de alcaldías y regidurías, el acarreo de votantes y la compra de sufragios. Por estas razones, corre el riesgo de perder los espacios que conquistó gracias a la movilización contra la corrupción y la subordinación al poder económico.
Como partido, se somete, se disciplina y obedece ante las pruebas institucionalizadas de los poderes fácticos. Como organización política, mantiene una estructura jerárquica con estatutos, cargos definidos y mecanismos formales de decisión. Participa en elecciones, alianzas parlamentarias, campañas y propuestas legislativas. Se mueve dentro del marco institucional, con el propósito de reformarlo o dirigirlo.
Para Giovanni Sartori (2005), "los partidos políticos participan en elecciones y, mediante ellas, pueden colocar a sus candidatos en cargos públicos", mientras que para Angelo Panebianco (2009), solo los partidos son organizaciones que compiten en la arena electoral. La fuerza de un partido se mide por su respaldo en las urnas: los votos se traducen en escaños y estos, a su vez, en presencia legislativa y en el acceso al Poder Ejecutivo.
Mario Delgado fue quien abrió indiscriminadamente las puertas de Morena a opositores tradicionales, ahora redimidos bajo el manto del partido en el poder. Esto facilitó el acceso a cargos públicos a militantes del PRI, PAN, el extinto PRD y el oportunista Movimiento Ciudadano. Con ello, retornaron viejas prácticas como la compra de votos, venta de cargos, acarreo masivo y, sobre todo, la impunidad y el deleznable nepotismo. Este se ha extendido tanto dentro de oficinas gubernamentales como en alcaldías, organismos descentralizados y fideicomisos.
Hugo López-Gatell Ramírez, exsubsecretario de Salud en la administración de Andrés Manuel López Obrador, criticó al titular de la SEP, Mario Delgado, por incluir a empresarios en la estrategia para eliminar la comida chatarra en escuelas. Incluso lo comparó con funcionarios de los sexenios de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. En el programa "El Chamuco", López-Gatell expresó su rechazo a que empresarios participen en un proceso que, en teoría, debería tener como prioridad la salud pública.
Francisco Ortiz Pinchetti, Sin Embargo, en su columna El cocacolagate de Morena, nos expone: "No cabe duda que el tema de -las aguas negras del imperialismo- (como dicen que calificó Fidel Castro a la mentada y satanizada bebida de cola) es una de las obsesiones permanentes de quienes se dicen "de izquierda", pero que en realidad no saben ni de lo que están hablando... Justo cuando la Claudia Sheinbaum Pardo lanzaba su programa "Vive Saludable, Vive feliz" en las escuelas, prohibiendo la venta de alimentos ultra procesados y con bajo valor nutricional llamados alimentos chatarra, el señor Secretario de Educación Pública se reunió nada menos que... con los capitanes de las principales 27 empresas fabricantes de esos productos malditos, la Coca Cola en primer término. Estuvieron también, entre otros, los directivos de Bimbo, Barcel, La Costeña, Grupo Alpura, Danone, Herdez, Lala, Maseca, Peñafiel, Kelloggs, Nestlé, PepsiCo, Sigma Alimentos Corporativo y Mattel... Ofrecieron regalar básculas, así como babosada y media para medir, no controlar la obesidad. A lo que la Presidencia advirtió que al momento que ellos dan una aportación material, por pequeña que pueda ser esta aportación, no los convierte en copropietarios del programa. Son dueños, en cierta manera y ellos a cambio van a exigir la libertad de opinar, imponer sus criterios, modificar y trastocar, seguramente para debilitar la iniciativa de protección de la salud, protección frente a los daños que causan los productos ultra procesados".
Mario Delgado también fue discípulo de la secta liderada por Keith Raniere, el falso gurú que sedujo a élites mexicanas y cuya red criminal NXIVM fue desmantelada en Estados Unidos, y quién aseguró por años ante sus fieles ser el hombre más inteligente y ético del mundo, aunque nunca demostró ninguno de estos dos atributos. Lo que sí probó es su gran capacidad de manipulación, así como una inteligencia feroz para construir una red criminal de increíble éxito económico a través de NXIVM, su empresa de cursos de autoayuda. Raniere fue condenado a prisión por delitos como esclavitud sexual, lavado de dinero y extorsión. Su estructura de manipulación y control mental contó con el respaldo de influyentes mexicanos, entre ellos, se encontraban el hijo de Carlos Salinas de Gortari y la hija del dueño del periódico Reforma, Alejandro Junco, así como la ex contendiente al gobierno de Nuevo León, Clara Luz Flores y el alumno de la secta, Mario Delgado, ex dirigente de Morena y hoy titular de la SEP, quien formó parte del programa Executive Success Program (nombre de NXIVM en México), enfocado en supuestos conceptos de virilidad y dominio sobre las mujeres. Mamma mia.
Otro aspecto que ensombrece a Morena es la designación de dirigentes estatales, como ocurre en Veracruz. Militantes exigen la destitución de Esteban Ramírez Zepeta por presunta venta de candidaturas. La tensión ha escalado: habitantes de Sayula de Alemán se manifestaron frente al Palacio de Gobierno, y en otros municipios como Manlio Fabio Altamirano y Emiliano Zapata se han impuesto candidatos no respaldados en encuestas, pese a contar con actas del Comité Ejecutivo Nacional. Los manifestantes acusan a Zepeta de privilegiar a compadres y "chapulines", desplazando a quienes han trabajado durante años en el Movimiento de Regeneración Nacional, también se le acusa de perpetuar prácticas del viejo régimen —ya sean del PRI, PAN o alguna de sus variantes— financiadas por intereses de Claudio equis.
Morena debe retomar su compromiso de construir un país más justo, con el pueblo como protagonista del cambio. Su verdadera fuerza radica en la organización, la unidad y la convicción de que un México mejor es posible.