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La propuesta para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales ha generado una fuerte reacción entre el sector empresarial, particularmente en las micro y pequeñas empresas. En Veracruz, el secretario de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), Eric Suárez Márquez, ha expresado su rechazo total a la reforma, argumentando que representa una carga económica adicional que amenaza con cerrar negocios y fomentar la informalidad.
Sin embargo, en medio de estas preocupaciones legítimas, es necesario hacer una reflexión más amplia, la transformación del modelo laboral no puede seguir viéndose únicamente desde la óptica de los costos.
La economía del siglo XXI no puede seguir fundamentándose en jornadas extenuantes, bajos salarios y escasa calidad de vida para los trabajadores. Si bien es cierto que las pequeñas empresas enfrentan desafíos reales, también es cierto que durante décadas se ha normalizado una cultura laboral que agota, explota y apenas compensa al capital humano que sostiene el aparato productivo.
Los empresarios deben ser más empáticos. Es comprensible que les preocupe su viabilidad financiera, pero también deben reconocer que un trabajador descansado, motivado y con tiempo para su vida personal y familiar es más eficiente, más comprometido y menos propenso al ausentismo.
El creciente número de perros que deambulan sin supervisión en las calles de la zona conurbada es un problema que no puede seguir tomándose a la ligera. Aunque en muchos casos estos animales no escapan por maltrato, sino movidos por la curiosidad o el deseo de explorar, la situación revela una falta de responsabilidad por parte de sus propietarios.
Tener una mascota no es solo un acto de cariño, también implica deberes concretos: garantizar su seguridad, salud, bienestar y, muy importante, evitar que representen un riesgo para los demás. Un perro suelto, aunque sea dócil, puede causar accidentes viales, enfrentamientos con otros animales o simplemente generar preocupación entre vecinos que no conocen su carácter.
Las redes sociales están repletas de reportes de animales extraviados o vagando solos por zonas residenciales y comerciales. Este fenómeno, que se ha vuelto cotidiano, refleja una cultura de cuidado laxo y una normalización de conductas que, en el fondo, son señales de descuido.
Es momento de que los dueños de mascotas entiendan que parte de vivir en comunidad implica velar por el bienestar de todos, incluidos los animales.
Cuentan que empleados municipales de zonas conurbadas ya empiezan a buscar amarres en los próximos ayuntamientos porque a partir del 1 de enero de 2025 estarán sin chamba y sin ingresos económicos para enfrentar la cuesta de enero.
Es el caso de Veracruz, donde a partir del 1 de enero iniciará funciones un ayuntamiento de un partido distinto al que se irá.
Es la interminable sucesión de gobiernos en los tres niveles. Así pasó cuando Roberto Bueno llegó a la presidencia municipal de Veracruz y el PAN sacó al PRI.
Después el PRI sacó al PAN, pero el blanquiazul volvió.
Ahora es Morena el que sacará al PAN. Cosas de la democracia, dicen por ahí.