![]() |
Todas las personas que manejan (o al menos la mayoría) no nos dejarán mentir: al momento de estacionarse, es casi obligatorio bajarle el volumen a la música, sobre todo si nos estamos acomodando en un espacio algo ajustado o que requiere muchas maniobras.
Esta simple acción, más allá de ser parte del ritual de estacionarse, podría tener un trasfondo bastante ligado con nuestro cerebro y en cómo reacciona este en momentos críticos.
Según especialistas el cerebro, al igual que una computadora, tiene un límite en su capacidad para procesar la información que recibe, por lo que cuando se ve en la necesidad de realizar tareas muy exigentes dicho órgano busca la manera de reducir estímulos externos para enfocarse lo más posible en dicha tarea.
Y aunque la música es usada solo como un fondo ambiental mientras hacemos algo, no deja de ser información adicional que nuestro cerebro procesa junto a otras actividades, y más si la música que estamos escuchando es con letras, lo que exige más concentración.
Es por ello que cuando estacionamos el auto, casi por instinto, las y los conductores bajan el volumen de la música, como un acto reflejo para destinar toda nuestra atención a esa actividad.
Incluso, si estamos hablando con alguien, suele pasar que dejamos de escuchar a esa persona por varios segundos, sobre todo cuando maniobramos para evitar golpear autos cercanos.
Según diversos estudios, a diferencia de lo que muchos creemos el cerebro no es multitarea; lo que hace en realidad es cambiar rápidamente la atención a todas las actividades que hacemos en un momento determinado.
Lo recomendable siempre será tener los menos estímulos posibles al momento de estacionarse, como podría ser la música a un volumen alto y tratar de ignorar cualquier otro ruido ambiental, lo que ayudará al cerebro a concentrarse en lo importante.