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La forma en que nos comunicamos dice mucho más que nuestras intenciones. En psicología, el lenguaje cotidiano puede ser una radiografía de la educación emocional de las personas. Frases que algunos consideran normales o inofensivas, en realidad pueden reflejar una actitud distante, poco empática o incluso agresiva.
Los especialistas en salud emocional advierten que ciertos dichos frecuentes revelan una baja inteligencia interpersonal, esa capacidad esencial para convivir con respeto, establecer vínculos saludables y responder con sensibilidad ante las emociones ajenas.
El psicólogo Howard Gardner, reconocido por su teoría de las inteligencias múltiples, ha subrayado la importancia de esta habilidad en el trato cotidiano. Señala que expresiones como "por favor" o "gracias" no son meros formalismos, sino recursos que consolidan el respeto mutuo.
En contraste, existen frases que indican lo opuesto: desinterés, arrogancia o rigidez emocional. Aunque parezcan simples, su uso repetido puede deteriorar relaciones y crear entornos hostiles.
A continuación, algunas de las expresiones que, según expertos en conducta, denotan una pobre educación emocional:
Usar estas expresiones con frecuencia puede ser signo de una desconexión emocional más profunda. La buena educación no solo se mide en formas: también en la voluntad de cuidar cómo impactamos a los demás con nuestras palabras.