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El Chocolate Bienestar, iniciativa respaldada por el gobierno federal, ha ganado presencia en diversas regiones donde su venta ha sido promovida en ferias comunitarias y espacios públicos.
El producto forma parte de un esfuerzo por impulsar la economía local, elaborándose con cacao mexicano cultivado por productores nacionales.
Con un precio que oscila entre los 20 y 30 pesos, se presenta como una alternativa accesible y de origen social, aunque su contenido nutricional ha generado dudas entre algunos sectores.
Este chocolate no se distribuye en tiendas de autoservicio tradicionales.
Su comercialización se realiza a través de programas oficiales y puntos de venta organizados por el gobierno, con el objetivo de apoyar a comunidades productoras.
Su costo competitivo busca colocarlo al alcance de la mayoría, aunque su disponibilidad es limitada y depende de la logística regional.
Aunque contiene más cacao que muchos productos industriales, también incluye azúcar añadida, lo que le ha valido los sellos de advertencia que exige la normativa mexicana.
Hasta el momento, no existen estudios clínicos independientes que determinen sus efectos específicos sobre la salud.
Especialistas en nutrición coinciden en que los chocolates con alto porcentaje de cacao pueden aportar antioxidantes, pero advierten que el consumo excesivo de azúcar, incluso en productos como este, puede ser perjudicial, especialmente en un país como México, donde la diabetes y la obesidad siguen siendo desafíos de salud pública.
La presidenta Claudia Sheinbaum respondió a críticas sobre el etiquetado, señalando que el chocolate tiene un bajo nivel de azúcar comparado con otros, y enfatizó su origen natural: "Contiene más cacao que muchos chocolates procesados", dijo, subrayando que el etiquetado solo cumple con la ley vigente.